Millon, T. y  Davis, R. (2001) mención:
Una de las razones por las que el alcoholismo se resiste el tratamiento es porque cada alcohólico es diferente. Teniendo en cuenta que las personas beben por razones diferentes, los investigadores han recurrido a la personalidad para entender mejor la diversidad de fuerzas que conducen al trastorno.
Cloninger (1987) propuso dos tipos de alcoholismo, basados en su modelo de dimensiones neurológicas de la personalidad. El alcohólico tipo uno presenta una elevada evitación del daño y dependencia de la recompensa y una baja búsqueda de novedad. Una combinación de rasgos similares a las personalidades dependientes y evitadora. El alcohólico tipo 2 presenta una elevada búsqueda de novedad, pero baje evitación del daño y de la dependencia recompensa, una combinación de rasgos similares a los de la personalidad antisocial. Las especulaciones de Cloninger son interesantes, aunque sólo sea porque dos tipos de personalidad tienen el riesgo de caer en los extremos opuestos del espacio definido por su modelo conceptual. En otras palabras, el tipo evitador -dependiente parece beber para refugiarse de los factores estresantes de la vida, y el tipo antisocial parece beber más por el puro esfuerzo de la intoxicación.Dado que la teoría únicamente puede sugerir probabilidades, siempre debe ir seguida de estudios empíricos. Los estudios han demostrado que el antisocial es el trastorno de personalidad más habitual entre los alcohólicos. Sin embargo, se han observado también otros trastornos de personalidad además de antisocial, Morgenstern y otros (1997) encontraron un gran número de personalidades límite y paranoide. Aunque estos trastornos no coinciden exactamente en el modelo de Cloninger, su vulnerabilidad al alcoholismo debe entenderse en términos de sus rasgos característicos. Como señala el DSM IV, la personalidades límite están dispuestas a infringirse daños impulsivamente, como gastos excesivos, conducción temeraria, atracones de comida y abuso de sustancias. El consumo excesivo de alcohol sirve al mismo fin. Además dado que la personalidad límite se ha asociado con frecuencia a oscilaciones del estado de ánimo y a la depresión crónica, es posible que el consumo de alcohol sea una manera de «automédicamentación» para los altibajos de su caótica vida. Lo mismo ocurre en la personalidad paranoide. Dado que los paranoide, por definición, se caracterizan por una intensa evitación social, es probable que el alcohol sea un refuerzo en la que consigue reducir los temores que sin el alcohol siempre tendrían. Por otra parte, estudios posteriores han encontrado que el alcoholismo es muy raro en la personalidad dependiente. Aunque la teoría original de Cloninger sobre el alcoholismo en los trastornos de la personalidad en la actualidad presenta lagunas, la proposición más amplia, es decir, la necesidad de entender el alcoholismo en el contexto de la personalidad global, sigue teniendo vigencia.

Millon, T. y Davis, R. (2001).  Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Barcelona: Masson