Aglutinamiento familiar, un problema que afecta dinámica de las parejas.
En nuestro medio es frecuente la construcción de casas como de cuatro y cinco pisos (niveles), las que se distribuyen mayormente de la siguiente forma: en el primer piso los padres, en el segundo piso y posterior para cada hijo/a, con la intensión de inicien un proceso de convivencia con sus respectivas parejas o la conformación de una familia.
La intención es buena, sin embargo, se corre el riesgo de un aglutinamiento familiar, proceso en el que se pierden los límites de la pareja parental y los respectivos hijos y consiguientes parejas, en la que las nuevas familias nucleares se fusiona con la familia extensa.
Lo óptimo es que la nueva pareja pueda partir desde un proceso de independización de sus respectivas familias de origen para que puedan seguir sus propio ritmos, tiempos, reglas y modos de ser. Lo que no implica la negación de la visita familiar, más si la creación de un espacio “aparte” como familia, en la que interferencia se diluirá por el propio espacio.
Son diversas las parejas que manifiestan problemas con las familias de origen calificándolos de “mamitis”; involucramiento en la decisión de la pareja, por los padres, hermanos, como de otros miembros.
Si no fuese posible el disponer de un espacio aparte de la familia e origen es necesario que la nueva pareja y familia en desarrollo, ponga ciertos límites para mantener su propia dinámica asumiendo que la independencia como familia será un proceso muy lento, donde el hijo o hija será frecuentemente involucrado en la familia extensa por algún motivo o necesidad.
Atención en terapia de pareja, previa cita al: 980-980-808
Psicólogo Dr. Alvaro Silva