Cuando nos referimos sobre la violencia en la pareja, encontramos manifestaciones tradicionales como la violencia física, la violencia verbal, la violencia sexual, la violencia económica, la violencia patrimonial.

Sin embargo, desde la violencia del tipo psicológica existen diversas formas de violentar al otro, una forma de violentar psicológicamente son los celos patológicos, vista como una expresión de posesión y de acoso por el control hacia el otro miembro, que se puede manifestar desde la patología desde el solicitar fotografías, ubicaciones, etc.

Existen formas sutiles de ser violentos sin palabras, ni golpes, como el rechazo en constante en el plano de la intimidad de la pareja, minimización hacia el otro desde el sarcasmo e ironía (mi tontito/a, etc.), la descalificación de opiniones: “pero que sabes tu” “que vas a saber sobre…”, no prestar atención ante un comentario intencionalmente, no cumplir los roles acordados reiterativamente y jugar a ser tonto, expresando motivos injustificados, entre otros.

La agresividad es una condición innata en hombres como en mujeres, sin embargo, presenta diversas formas de manifestación, existen hombres que expresan su agresión a través de la intensión de dañar al otro y en otros casos mujeres que presentan comportamientos agresivos explícitos y en otros casos no. Sin embargo, la naturaleza humana tiene como característica la agresividad en algunos casos se presenta un buen nivel de autocontrol y en otros casos la relación de la pareja que muestra un nivel de desgaste.

Así como existen hombres violentos, también existen hombre sobre aptados y en otros casos sumisos, también se observa casos de agresión en contextos de consumo de psicoactivos como bebidas alcohólicas, drogas, medicamentos, etc.

La terapia de pareja es importante y necesaria para la prevención como para la intervención en contextos de dificultad para el manejo de la agresividad y evitar contextos de violencia en la relación.

Psicólogo Alvaro Silva