La separación de los padres va a generar una crisis, no solo en la familia nuclear, sino también en la extendida. En la actualidad las separaciones (en parejas de convivientes) y divorcios (en casadas) se han convertido en un fenómeno de alta incidencia, sin contar con una estadística definida ya que el divorcio legal toma un tiempo, pero la separación emocional en el vínculo parental es frecuente en diversas parejas de casados que mantienen la relación por no afectar a los hijos. Y en las parejas de convivientes, es un fenómeno no medido en nuestro medio.
La separación de la pareja trae dolor, para quien no desea separarse como a los hijos. El cual va a traer repercusiones en el desarrollo de los hijos, en su vida adolescente como adulta.
Se desarrollan problemas relacionados de índole legal como emocional, la tenencia de los hijos va a generar un dolor en los hijos, en familias disfuncionales puede darse el síndrome de alienación parental. Se observa en muchos casos déficit en las competencias de los padres para cuidar a los hijos, mayormente cuando son padres muy jóvenes o dedicados a extensas jornadas laborales y encargándose de la tutela la familia de origen.
Producto del proceso de separación de los padres se pueden dar problemas de conducta en los hijos como incremento de los niveles de ansiedad y depresión, impacto en el rendimiento académico, generado por el conflicto de los padres. Las amenazas reciprocas de la pareja de separación en la pareja con involucramiento de los hijos conlleva a secuelas de los hijos que no se encuentran en muchos casos con la capacidad de procesar la perdida de la pareja de padres y la separación que conlleva. En algunos casos el sentimiento de culpa puede interiorizarse.
Una pareja en proceso de separación puede generar un clima familiar negativo y hostil en los hijos. Algunos de los miembros la califican de traumática.
La separación en los convivientes o casados atraviesa etapas, algunas que pueden durar mas o menos tiempo, pero dolorosa, como la separación emocional, como primera etapa en la que los afectos se cortan por alguno de los miembros y donde los reclamos y discusiones se hacen presentes. Posterior a esta etapa, sigue la de la separación de índole legal. En nuestro medio la pareja que supera los dos años de convivencia ya presenta un vínculo de índole legal. La separación del vínculo legal conlleva a discusiones en el proceso de llevar a un acuerdo a través de los centros de conciliación o por la vía legal respectiva (juzgados) proceso que puede distanciar aún más a la pareja.
Psicólogo Alvaro Silva Távara
Miembro del colegio de psicólogos del Perú. Colegiatura n° 7425